domingo, febrero 10, 2013

¿Tenía el Pop-rock chileno de los 80 influencias del rock argentino?



El periodista Emiliano Aguayo va por los cuarenta años y la música ha sido uno de sus asuntos de trabajo. El año 2005 publicó el deslumbrante libro Maldito Sudaca: Conversaciones con Jorge González. Y ahora recientemente ha publicado  Las voces de los 80. Conversaciones con los protagonistas del fenómeno Pop-Rock, ambos editados por Ril.
En este libro entrevista a 21 protagonistas de esta historia, historia que Aguayo llama Pop-rock, un movimiento que distingue de otras ondas musicales ochenteras, como la corriente trash-metal (Massacre, Necrosis, Pentagram y Panzer)  y el Canto Nuevo  (Fulano, Congreso, Sol y Medianoche, Huara).
Emiliano Aguayo es un entrevistador bravo, y ágil que se toma el tiempo para  documentarse y saber lo que busca, precisando el desarrollo musical chileno en un contexto más amplio, como las influencias musicales inglesas o argentinas. Influjos musicales argentinos, por ejemplo, que algunos protagonistas en el libro desmienten categóricamente.
Analíticamente, el movimiento tuvo cuatro bandas pioneras: Banda metro (1980), Bandhada (1982), Aterrizaje forzoso (1982) y Los Prisioneros (1983). Es la incubación  donde se crea y se disputa un territorio nuevo. John Bidwell siente que fueron incomprendidos por ser los adelantados:  “Recuerdo que teníamos que trabajar mucho para imponer nuestro estilo.” (John Bidwell).
“Para mí, lo importante era juntar esas influencia inglesas con Los Angeles Negros o Cecilia, me parecía que iba a dar un sonido diferente. No quería imaginarme ir a tocar a Europa y ser una versión de un grupo de allá” (Jorge González).
“Siento que la prensa nunca tuvo la capacidad de analizar un movimiento como el nuestro, porque pienso que acá se hizo algo muy importante. De la nada hicimos un gran movimiento.” (Germán Céspedes).
Con la irrupción de Los Prisioneros con la Voz de los 80 el año 1984, comienza el apogeo del movimiento. Son los años 84, 85 y 86.  
“En ese tiempo recorrimos el país, auspiciados por bebidas y cosas así. Tocábamos en estadios, en buenos escenarios, con buena infraestructura.” (Pancho Puelma)
“Armamos UPA y al poco andar, ya estamos en el Festival de Viña del Mar. Como Los Prisioneros estaban censurados y nosotros estábamos en el mismo sello, segundos en ventas y en una lista que corrió, nos tocó.” (Pablo Ugarte)
Hacia fines de los 80 el movimiento perdió fuerza.
“Llegó el momento en que casi le regalaban autos a los programadores para que pusieran música que querían los sellos y que venían de afuera” (Claudio Millán)
“Sí, yo canté Chile, la alegría ya viene, pero jamás intenté hacer una carrera desde allí. La canté y me fui para la casa.”  (Claudio Guzmán)
“Para el plebiscito del Sí y el No, un día me invitaron a a la Moneda para pedirme algo para la campaña, porque no andaba bien.” (Pancho Puelma)
“Alguien de la productora me contacta y me dice “Hay que hacer un jingle para el Sí, ¿Te atreves?”. “Ya, sí”. Me pareció atractivo, era plata.” (Igor Rodríguez)
Emiliano Aguayo tiene un buen punto al revelar y puntualizar claramente -en sus 30 páginas de la introducción-, que las voces del Pop-rock chileno de los años 80 eran parte o tenían un amplio link con las universidades chilenas, en especial con la  Universidad de Chile. 8 de los 21 de los entrevistados, (el 38 %), fueron estudiantes de música en la Universidad de Chile, el llamado Conservatorio de la calle Compañía: Jorge González, Carlos Fonseca, Juan Ricardo Weiler, Carlos Chung, Robert Rodríguez, Igor Rodríguez, Pablo Ugarte, Luciano Rojas. Esas experiencias están documentadas en las entrevistas.
Emiliano Aguayo en su introducción y en las preguntas de las entrevistas va en camino en validar una tesis sobre el mundo creativo, teoría que yo comparto, esto es, que los movimientos culturales no nacen o no surgen en el vacío, no existen tablas rasas. Los músicos se conocen desde tiempo, se vinculan, crean bandas, las disuelven, se mezclan y conviven. Todo gran impulso creativo surge de un intercambio y una cierta tradición, unas placas tectónicas creativas, y a veces esa práctica, como el Pop-rock chileno, se articula en la universidad. La universidad es la posibilidad de convivir con capas culturales y tradiciones específicas.
En ese sentido, las pláticas de Emiliano Aguayo con los 21 músicos en sus 385 páginas son trascendentes, está en el trasfondo de las discusiones sobre el rol y la calidad de la universidad y esto debería preocuparles a los nuevos políticos en gestación. El valor de la acumulación cultural  en la universidad no siempre ha sido destacado por los antiguos políticos y es claro que debe ser retomado ­-en época de elecciones nacionales- en los nuevos programas de reformas educativas. Las universidades son acopio, depósito de cultura, conocimiento acumulado que permanece en estado latente, hasta que llegue un estudiante curioso. Los políticos más jóvenes también deberían leer este libro pues, desde este punto de vista, es además un aporte para el estudio y desarrollo de las políticas culturales chilenas y como estimular al desarrollo musical. Tres puntos pueden deducirse desde este libro como asuntos a investigar:
1. La importancia de la existencia y la viralidad de las redes, los círculos artísticos, las colonias de artistas, las colmenas, las agrupaciones, como centros de impulso artístico. Eso ocurriría con los músicos, los pintores, los escritores.
2. Valorar la educación artística universitaria, es decir, la calidad y el rol de la universidad.
3. La importancia del fomento comercial, financiero, y créditos a las pequeñas empresas creativas, (productoras, editoriales, etc.) donde se incuban las verdaderas ideas nuevas.
Las notas a pie de página del libro incluyen 48 letras de las canciones más significativas de las bandas musicales de los 80. Quizás esas  letras de canciones debieron ir en un anexo al final del libro, como un cancionero, un subproducto útil para ese gremio amplio de melómanos que gusta cantar y recordar canciones.
El diseño del libro es de Gabriel Tröstel y fotos de Gonzalo Donoso.
Músico entrevistado
Nacido
Banda
fundación
John Bidwell
1950
Banda Metro
1980
Germán Céspedes
1959
Aterrizaje Forzoso
1982
Carlos Chung
1961
Bandhada
1982
Jorge González
1964
Los Prisioneros
1983
Claudio Guzmán
1963
QEP
1984
Alvaro Scaramelli
1965
Cinema
1984
Carlos Cabezas
1955
Electrodomésticos
1984
Igor Rodríguez
1962
Aparato Raro
1985
Andrés Vargas
1968
Engrupo
1985
Pancho Puelma
1959
Los Socios
1985
Pablo Ugarte
1962
UPA!
1985
Alejandra Cappeletti
1961
Valija Diplomática
1985
Jorge Yogui Alvarado
1959
Emociones Clandestinas
1985
Titín Moraga
1963
Banda Pequeño Vicio
1986
Francisco Chachi
1967
Nadie
1986
Claudio Millán
1961
Viena
1986
Jaime Ayala
1986
Síndrome
1986
Juan Ricardo Weiler
1959
Pie Plano
1987
Robert Rodríguez
1965
Banda 69
1988
Miguel Barriga
1963
Sexualdemocracia
1988
Luciano Rojas
1965
La Ley
1988

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