miércoles, abril 09, 2014

Thomas Piketty y el aumento de la desigualdad en el mundo: El capital del siglo XXI

El libro es audaz, brillante y perfectamente alineado con la obsesión actual por la desigualdad económica.
Christopher Demuth, The Wall Street Journal

Un joven profesor de la Escuela de Economía de París, es uno de los pocos economistas que han dedicado sus carreras a la comprensión de la dinámica
 de la concentración del ingreso y la riqueza.
The New York Times

Branko Milanovic, un ex economista del Banco Mundial, lo llamó "uno de los libros separador de aguas dentro del pensamiento económico."
John Cassidy, The New Yorker

El último libro del economista francés Thomas Piketty está siendo objeto de muchos comentarios: todavía hay esperanzas en la educación superior para los intelectuales serios y los académicos decentes.
Anthony DiMaggio, Universidad de Illinois, Chicago. 


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Thomas Piketty, un economista nacido cerca de París en 1971, ha provocado impacto con su libro Le capital au XXIe siècle, El capital del siglo XXI. 
Por allí y por allá, en las universidades  y en los medios de comunicación, leo que se discute y alaba la obra de más de mil páginas de Thomas Piketty.  
En Chile, en cambio: cric, cric, cric, silencio monacal.
El tema del libro de Piketty es el rápido aumento de la desigualdad en el mundo y la necesidad de una reforma tributaria a nivel mundial.
Piketty presenta  los dramáticos efectos de acumulación en una economía global donde el mercado del petróleo, las burbujas inmobiliarias y el mercado financiero trabajan para traspasar riqueza de los pobres, de los trabajadores y la clase media a una pequeña clase social mundial. Los últimos 30 años ha aumentado la desigualdad mediante un sistema regresivo de impuestos, que no favorece a la clase media, sino a una elite, una fuerte elite mundial.
Thomas Piketty ha puesto hoy como el gran tema de discusión intelectual el rápido aumento de la desigualdad a nivel mundial. En desigualdad, afirma Piketty,  estamos igual o peor que a comienzos del siglo xx, el período más desigual de la historia, aquella que la historia económica llama la primera globalización, que ocurrió a fines del siglo 19 y comienzos del siglo xx.
Piketty afirma que gran parte de esa acumulación de la riqueza no proviene, como se hace creer,  del trabajo y de la creatividad del emprendimiento. No. La riqueza se hereda entre las generaciones. Los ricos son ricos porque sus padres son ricos.
Hay ya constituida una clase social que para ser millonarios no necesita trabajar. Ellos heredan. Es decir, estaríamos de vuelta en el capitalismo patrimonial, fortalecido con políticas que favorecen las herencias y sus rebajas de impuestos

Sistema inmoral.
Se dice que el emprendedor es el motor del crecimiento, y por lo tanto hay que bajarle los impuestos. Pero no se produce una distribución social aceptable, afirma Piketty. El capital es asocial, no respeta los principios meritocráticos.
Es muy beneficioso ser rico, en democracia o en dictadura. Es mucho más beneficioso que educarse y trabajar.
Justamente. Esa gran mentira es puesta en tela de juicio por Thomas Piketty: el conocimiento y la educación no funcionan como movilidad social. Las políticas de mejoramiento, de desarrollo del capital humano, educación y trabajo, no reducen las desigualdades.
Es, en realidad, el capital, los ingresos de capital, las rentas y las herencias las que determinan las posibilidades de enriquecimiento de la gente.
Vivimos en una sociedad donde el poder, no sólo el dinero, rápidamente es distribuido de modo desigual. El capital paga una ínfima parte de impuestos comparado con las clases trabajadoras y asalariadas.  Pero una mentira piadosa  y de falso optimismo nos ha hecho creer que se reducen las desigualdades a medida que el desarrollo económico y humano avanza. En este sentido, los datos de Piketty hacen tambalear este supuesto.
La victoria del rentismo sobre la meritocracia.
Thomas Piketty  entrega datos, de una economía mundial instalada, desde los años 1970, en una senda feroz de acumulación cada vez mayor de riqueza en lo alto de la pirámide. El capitalismo patrimonial ya conoció una evolución similar en el siglo XIX que desembocó en 1913, en niveles de desigualdad sin precedentes.
Piketty propone, para corregir la evolución, la instauración de un impuesto mundial progresivo sobre el capital.
¿Cómo fue que llegamos a esto?
Llegamos a esta situación inmoral,  gracias a un cambio central del sistema político, dirigido por una agresiva extrema derecha, y las nuevas formas organizativas de empresas mundiales que están por encima de la política democrática.
Así se produjo un enorme traspaso de recursos de poder del pueblo y la democracia, a la elite y la economía.
Ahora vemos sorprendidos la desagradable injusta y amplia desregularización. Empresas que, además, financian de modo desregulado a los políticos, a través de descaradas agencias de lobby.
Un pequeño grupo de extrema derecha ha sido capaz de bloquear lo que las mayorías desean y deciden. La democracia parece estar secuestrada por un pequeño grupo sin representatividad social, con su propaganda de odio hacia el Estado, pero que usa al Estado para aplicar sus máquinas de desigualdad.
Esto lo sabemos los chilenos, donde esto se ha impuesto con extrema violencia, una las sociedades más desiguales del planeta.
Por eso, quizás, en las escuelas de economía o de ciencias sociales chilenas no se lee el libro de Piketty.
Quizás por eso los medios de comunicación chilenos no comentan el libro de Pikettey.
Quizás, en momentos de debates sobre la reforma tributaria, alguien, quizá, se dedica a bloquearlo.


Un resumen en inglés del libro se puede leer AQUI
Los datos del libro de Piketty se pueden consultar en un anexo técnico en internet AQUI
Una crítica de Galbraith al libro AQUÍ




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